¿Quién es ese pajarillo? ¿Por qué se llama twitter? ¿Por qué está revolucionando el mundo de la comunicación?
Preguntas que me surgen de vez en cuando, pero sobre todas las anteriores hay una que si cabe me asalta cada vez más:
¿Están cambiando las redes sociales la forma de forjar amistades?
En mi caso la respuesta es afirmativa.
Se podría hablar aquí sobre el calado que está teniendo sobre los jóvenes la utilización, cada vez más habitual, de las redes sociales, microblogging o mensajería instantánea para comunicarse entre sí. Da igual que seas vecino puerta con puerta de tu amigo. Es más rápido mandarle un «directo» que tocar la puerta y echar unas palabras. Muchas veces hemos visto como el futuro de nuestra sociedad pasa precisamente por esta forma virtual de comunicación y me viene a la cabeza un ejemplo clarísimo: Wall-E. Si habéis visto la película coincidiréis conmigo en que es una visión quizá exagerada pero nada despreciable. Para el que no la conozca, recomiendo que vaya a su videoclub favorito y la pille porque es una auténtica obra maestra de la factoría Pixar.
La verdad es que no estamos aquí para esta visión pesimista del tema (aunque yo personalmente sea más de esta inclinación, lo siento).
Después de esta pequeña introducción, de la que hablamos del fenómeno 2.0 en los jóvenes cabe extrapolar la situación de internet para los que no somos tan jóvenes. ¿Qué pasa con nosotros? ¿De verdad ha calado tan hondo el fenómeno pajarito?
Hace pocas semanas y con motivo del encuentro que mantuvimos un grupo de twitteros en la ciudad califal salió el tema en alguna de las innumerables conversaciones que tuvimos. Y más o menos llegamos a la conclusión de que las redes sociales no son ni más ni menos que una forma de buscar en ellas la satisfacción de saber que hay alguien ahí fuera, detrás de esos avatares, que te lee y te da su opinión sobre lo que haces, sea para bien o para mal. ¿Ya está?
Bueno, no exactamente, no solo buscamos la satisfacción personal o saber que hay alguien ahí leyéndonos. Quizá esto forma parte indisoluble del carácter social de las personas. Sentirse escuchado es una fórmula que desde hace miles de años ha sido uno de los deseos buscados por los humanos. Pero como decía antes, esto no es todo. A pesar del carácter egoísta de las redes, también existe una razón, quizá más romántica, por la que existen y tienen tanto éxito, y es eso mismo, la palabra misma nos está dando la pista: SOCIAL. Una red social es lo que antiguamente llamábamos sociedades que se forma con personas con algo en común para buscar un objetivo.
Twitter ha sido mi primera red social. Antes no había siquiera probado una vez el tan afamado messenger, ni el irc, incluso creo que el ichat (del que soy un auténtico negao, @mathew_2493 puede dar fe). Y la verdad es que ha ido ocupando minutos de mi vida hasta llegar al punto en el que nos encontramos muchos de levantarnos y acostarnos hablándole a la pantallita. En este aspecto, nuestras parientas (y parientes en el caso de las mujeres) nos ven como auténticos locos y no comprenden que le contemos a nuestros followers cosas que a ellas ni siquiera se nos ocurriría decirles. En muchas ocasiones hablamos de tecnología pero en la mayoría desvariamos y la conversación puede girar en torno a casi cualquier tema. Y esto es lo que hace grande a twitter (cuando digo twitter lo utilizo como sinónimo de red social).
Ya estamos llegando al meollo de la cuestión y vuelvo a retomar por última vez la pregunta que da título a este post: ¿es twitter una manera de hacer y forjar amistades?
Rotundamente sí. Para mí twitter (y en mayor medida ese fantástico podcast que es Puromac) me ha abierto la mente hacia nuevas formas de amistad. Eso que damos en llamar amistad 2.0 y que, repito, en mi caso me ha dado la oportunidad de conocer a gente realmente maravillosa y con la que estoy agusto cuando comparto con ellos una cerveza o una simple tostada de jamón con tomate. Tengo esa suerte de pertenecer al círculo de amigos de esas personas que aprecio y que creo que sienten lo mismo hacia mí. Cada uno a su manera y de forma distinta me hacen levantarme cada día sabiendo que están ahí, detrás de esa imagen estática, pero con la sabiduría, simpatía y el corazón en la mano para darte lo mejor de sí mismos.
Volvemos con los agradecimientos, esta vez a todos mis followers por ser tan grandes.
Y quiero terminar con una anéxdota que a todos los que tenemos la suerte de haber desvirtualizado nos suele ocurrir y que mi Raquel suele contar a sus amistades cuando le preguntan sobre el tema. Esto pasó hace unos seis meses, en un chino de Madrid que algunos conocéis perfectamente. En un momento durante el almuerzo, mi mujer se nos quedó observando con la boca abierta porque no daba crédito a lo que tenía frente a sus ojos: ahí estábamos los cuatro hablando y contándonos anécdotas y riéndonos a carcajadas como si nos conociéramos de toda la vida. Esa es la impresión que le dió. Y es que no era para menos, ya que físicamente no llevábamos juntos más de 24 horas, pero la magia de internet, y en este caso de twitter obró aquel día para bien, porque desde aquél momento no ha dejado de repetirme la suerte que hemos tenido de conoceros.
Y eso que no conoce al resto, ajajajaj XD estoy seguro que tod@s merecéis la pena de ser conocidos en persona porque se nota que sois buena gente con solo leeros. Como hacen los musulmanes con La Meca, todo buen twittero se tendría que proponer echar al menos una vez en su vida una cerveza (o lo que sea) con tod@s sus followers.
Y después de este largo rollo me despido de tod@s vosotr@s con el lanzamiento al aire de ver este último deseo cumplido cuanto antes.
Un saludo.