Sí, estoy vivo!!!!
La verdad es que no me prodigo mucho por aquí. Es más, si miramos la última publicación en este blog es de agosto del año pasado. Y es que entre el nuevo curro y twitter ha mermado el tiempo que le pueda dedicar a este humilde blog. De hecho, muchos de los lectores ya habrán desistido de tenerme en sus lectores de feeds porque las telarañas son tremendas, casi ni reconozco el panel de control de wordpress XD
Pues varios motivos me llevan a renacer el blog y añadir una entrada. En este caso no se trata de análisis de productos tecnológicos, cosa que hace mucho tiempo que ya no realizo. Creo que existen innumerables blogs que analizan con precisión quirúrgica todo lanzamiento nuevo y lo hacen de maravilla. Así que estas últimas entradas han tomado un cariz un poco más personal, siempre sin olvidar el carácter tecnológico que emana de la fundación del mismo.
Hoy el tema es «Redes sociales», esa nueva forma de comunicación que está invadiendo como tentáculos a todos los estratos de la sociedad de una forma exponencial. Y es que de un tiempo a esta parte, el crecimiento e instauración de las distintas redes sociales ha sido increíble. Y todo esto viene impulsado por los de siempre: nuestros colegas norteamericanos. Aquí en España nos conformamos con utilizar las redes sociales para comunicarnos con nuestros amigos virtuales (o desvirtualizados, que cada vez hay más reuniones para conocerse). Pero una de las claves para estar escribiendo esto es el descubrimiento de un nuevo servicio similar a twitter descubierto en el último número del maestro Emilcar que se llama Foursquare. Por supuesto me hice la cuenta nada más terminar de oírlo y ya lo he utilizado en alguna ocasión. No está mal. Si alguien quiere profundizar le recomiendo la escucha del mencionado podcast o visitar la página oficial donde explican de qué trata el servicio.
El caso es que, como dice Emilcar en su podcast, aquí en España lo utilizamos entre los conocidos de nuestro timeline para comunicar donde estamos, las veces que visitamos un sitio y poco más. Pero es en Estados Unidos donde realmente se le saca provecho a estos servicios. Son los propios comercios los que están interesados en el uso de estos servicios porque ofrecen descuentos especiales a los usuarios más fieles. Algo así como las tarjetas de fidelización que se pusieron de moda hace unos años y que ofrecen descuentos especiales a sus clientes. Hay muchas cosas de Estados Unidos que no me gustan pero debe ser una auténtica gozada disponer de la tecnología más puntera y ver que la sociedad, los comercios e incluso el estado patrocina y potencia el uso de las tecnologías a un nivel que ni en 10 años nos pondríamos a su nivel.
¿Y el título del artículo a que viene?
Pues ahora viene lo bueno. Preparados que empezamos.
No suelo ser lo que se dice muy optimista en general y es una cosa que no puedo evitar. Siempre veo el lado negativo de las cosas a pesar de reconocer que no siempre esto es así. Es decir, que también valoro lo bueno que ocurre a mi alrededor. Y explicar mi pesimismo me lleva a daros la visión que tengo del futuro de esta sociedad y este mundo que nos ha tocado vivir.
No soy el primero, ni seré el último, que escriba sobre esa gran obra de George Orwell titulada 1984 en la que se habla de un Gran Hermano que lo vigila todo. Ha sido premonitoria en muchas de sus visiones y es increíble como la mente de un hombre en mitad del siglo XX (la escribió entre 1947 y 1948) puede llegar a parecerse tanto a este tiempo que nos ha tocado vivir. Es uno de esos misterios que nos sorprenden a veces. Y es que este Gran Hermano (a pesar de ser también el título de un programa de dudosa reputación) existe y cada vez controla más y mejor a la población que habita este planeta.
Se ha hablado también muchas veces de la cantidad de datos que la todopoderosa Google tiene sobre nosotros. Y a esta compañía le han surgido numerosos competidores o tentáculos o como queramos llamarlo. Pero la cantidad de información que volcamos a la red diariamente sobre nuestros datos personales, direcciones, gustos, costumbres o sitios que frecuentamos (de ahí lo de foursquare) hacen que nosotros mismos, sin querer estemos creando ese Gran Hermano que lo controla todo. Ahora nos parece normal decirle a toda nuestra red de contactos o bien a todo el mundo (en el caso de twitter) dónde estamos exactamente y la palabra mágica que nos han vendido hasta la saciedad: en TIEMPO REAL. Ahí está el peligro. Todo el mundo (bueno y malo) saben dónde estamos y con quién estamos. ¿Véis el peligro o sigo?
Aún recuerdo cuando hace así como un par de años, cuando salió el iPhone y tenía la posibilidad de geolocalizarte aparecieron algunos programas para dar tu posición a tus contactos y saber dónde están tus amigos. Creo que también existía por aquél entonces Google Latitude, que es algo así como este nuevo Foursquare y nos echamos las manos a la cabeza todos (yo el primero, que conste) porque perderíamos nuestra intimidad y todo el mundo sabría lo que hacíamos y dónde estábamos en todo momento. Enseguida se pusieron manos a la obra y daban la «opción» de activar o desactivar la geolocalización.
Y resulta que pasan los años…
Y como todos nuestros amigos usan Foursquare (que conste que no tengo nada en contra del servicio, aunque lo parezca), yo tengo que estar a la última y me hago la cuenta, por supuesto gratuíta y me pongo a decir a los cuatro vientos dónde voy y con quién estoy.
Os parecerá hipócrita que critique esta situación y en cambio no vaya en contra de su uso sino que la siga utilizando, pero es que de vez en cuando deberíamos pararnos un poco y pensar que lo que estamos haciendo tiene un fin que casi en el 99% de las ocasiones es el mero consumismo. Y si a ese consumismo unimos la facilidad que los gobiernos y empresas tienen para tenernos controlados nos da un poco que pensar.
Señoras y señores, el Gran Hermano ha despertado y está cada vez más cerca. Y lo peor de todo es que es imparable. Nos creemos geeks porque usamos la última tecnología pero no estamos más que colaborando en la creación de una sociedad controlada en todos sus ambitos.
Siento escribir esto, precisamente porque creo que no todo es negativo. Pero lo que no podemos pretender es que nosotros mismos abramos la puerta de nuestra vida y luego queramos cerrarla cuando no nos interesa. Cuando queramos dar marcha atrás será demasiado tarde y el gran ojo lo habrá visto todo y sabrá cuál será nuestro siguiente movimiento.
Parece ciencia ficción. Hablaremos en unos años.
Saludos.